Las palabrotas podrían en realidad reducir la percepción del dolor.
Ese es el hallazgo de un estudio reciente que aparece en la revista NeuroReport. Investigadores de la Facultad de psicología de la Universidad de Keele reclutaron a más de 60 estudiantes universitarios para el estudio. Se pidió a los estudiantes que metieran las manos en cubos de agua helada dos veces. La primera vez, los participantes repitieron una palabrota una y otra vez. En la siguiente ocasión, repitieron una palabra neutral de uso cotidiano.
Cuando repetían la palabrota, los participantes pudieron aguantar el agua más tiempo, y reportaron un nivel menor de dolor que cuando repetían la palabra neutral
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Ese es el hallazgo de un estudio reciente que aparece en la revista NeuroReport. Investigadores de la Facultad de psicología de la Universidad de Keele reclutaron a más de 60 estudiantes universitarios para el estudio. Se pidió a los estudiantes que metieran las manos en cubos de agua helada dos veces. La primera vez, los participantes repitieron una palabrota una y otra vez. En la siguiente ocasión, repitieron una palabra neutral de uso cotidiano.
Cuando repetían la palabrota, los participantes pudieron aguantar el agua más tiempo, y reportaron un nivel menor de dolor que cuando repetían la palabra neutral
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